El desarrollo de un país se debe, en buena medida, a los recursos que invierte en la formación de su pueblo. Las economías más exitosas son aquellas que tienen mejores niveles de educación. Mientras, la falta de apoyos económicos a la enseñanza genera enormes desigualdades. Esta correlación no es casual, pues el papel de la educación en la movilidad social es clave para lograr que las personas accedan a más y mejores oportunidades laborales, económicas y sociales.

 

Oportunidades de educación, esenciales para la movilidad social

A pesar de que, en México, más del 90% de nuestras niñas y niños estudian en primarias y secundarias, existen importantes retos por vencer para la población mexicana. La cobertura de la enseñanza a nivel medio superior y superior, así como la diferencia de calidad en las instituciones educativas, se encuentran entre los principales problemas a enfrentar.

El papel de la educación en la movilidad es tal, que las personas con menos años de escolaridad son quienes suelen recibir los salarios más bajos. De acuerdo con datos del INEGI, publicados en 2020 por la revista Forbes, la diferencia entre el salario de personas trabajadoras con primaria es hasta cuatro veces menor que alguien con estudios de posgrado.

Las desigualdades sociales impiden el acceso a la educación

Las desigualdades económicas y sociales son un factor limitante para acceder a la educación. En 2021, la tasa de deserción escolar en el nivel medio superior superó el 11.7%, mientras que en el nivel superior era de 10 por cada 100 jóvenes. Esta situación encuentra su origen en dificultades económicas, familiares y sociales.

Cuatro millones de chicas y chicos debieron abandonar sus estudios por falta de dinero, la necesidad de trabajar, aportar ayuda a su familia, o bien, por desinterés. Dado que la generación de jóvenes representa el bono demográfico de México, es de importancia crítica el fortalecimiento de una educación que produzca el mejor talento académico para el futuro. Una educación con las herramientas suficientes asegura mejorar la calidad de vida de la ciudadanía y garantiza su movilidad social.

Debido a que no toda la población tienen acceso a las mismas oportunidades, es responsabilidad de todas y todos contribuir a reducir las brechas sociales que nos dividen e impiden a muchos seres humanos cumplir sus sueños.

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La educación incentiva la movilidad social 

Mientras el salario promedio para las personas con nivel escolar de primaria oscila entre los cuatro y cinco mil pesos mensuales, el de una persona con un posgrado es superior a los once mil pesos. Así, un mayor grado de estudio permite acceder a mejores salarios.

La diferencia es muy significativa cuando se considera que millones de familias deben vivir con ese nivel de ingresos, mismos que restringen la posibilidad de acceder a una educación de calidad, pues La mayoría de las familias necesitan contar con más de dos ingresos para poder mantenerse, lo que lleva a las personas jóvenes a tener que trabajar desde temprana edad antes de terminar sus estudios.

A mejor educación, mejores oportunidades 

Las oportunidades de movilidad social son mayores conforme se cuenta con más grados de estudio. Al estudiar, aprendemos cosas esenciales para la vida cotidiana que expanden nuestra perspectiva. Los estudios también nos permiten relacionarnos con otros círculos sociales y vivir nuevas experiencias que fortalecen nuestro espíritu y abren nuevas oportunidades de crecimiento.

Dado que no toda la población cuenta con los recursos y los medios necesarios para estudiar, algunos sectores de esta corren el riesgo de mantenerse en una situación, por lo demás, injusta. La falta de acceso a la educación constituye un importante factor de exclusión social: dificulta responder a las oportunidades de un mejor empleo, un mejor salario y una mejor calidad de vida.

Participa promoviendo la educación y contribuye a la felicidad de otros 

Como ciudadanía, podemos aportar algo cuando se trata de contribuir con la educación. Solo es necesario encontrar el medio o la forma que sea de nuestro mayor agrado o que se ajuste a nuestras posibilidades. Por ejemplo, podemos donar nuestro tiempo dando clases a un familiar, amistad o persona cercana, regalar una computadora que ya no usemos a quien más la necesite. Si está en tus manos, también puedes sumarte a apoyar a estudiantes talentosos con una pequeña inversión filantrópica, de tal manera que estos puedan recibir una enseñanza de calidad.

Toma la decisión y experimenta la felicidad que produce saber que tu aportación llevará a jóvenes de tu comunidad a convertirse en líderes del mañana. Recuerda que el papel de la educación es la clave para lograr la movilidad social. ¡Participa ahora!

 

 

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